"Milagro fetichista en el supermecado" (Por Fetiesclavo)

 Él, es un hombre solitario y melancólico de mediana edad, quizás demasiado acostumbrado ya a la derrota. Es uno de esos hombres que es capaz de apreciar y ver belleza erótica donde muchos otros no la ven. Existen un buen numero de mujeres que no responden a un canon establecido de belleza física, no suelen ser conceptuadas como guapas, a lo mejor tampoco como feas, digamos, "normalitas". En cambio, a los ojos de este hombre, y otros como él, estas mujeres "del montón", ya sean de constitución delgada o gruesa, pueden resultar poderosamente atractivas, porque éste hombre es fetichista, es decir, ve allí donde la mayoría no ve.


Ella; es una mujer entradita en años, entradita en carnes, no es fea pero tampoco exactamente guapa, como digo, una mujer entradita. También es una mujer solitaria, pero no le invade la melancólica pq la soledad en su caso se trata mas de una elección. Está acostumbrada a salirse con la suya, y por supuesto que a lo largo de su vida no le han faltado pretendientes pero es una mujer de carácter muy fuerte e indomable, y de una personalidad exigente en extremo. Con los hombres de tendencia dominante, inevitablemente siempre colisiona con virulencia, pq en general no son tan inteligentes como ella, y su rol de macho - alfa, termina sintiéndose amenazado. Sabe detectarlos rápidamente, y descartarlos con la misma rapidez. En cuanto a los sumisos... ¡Ay los sumisos!... Algunos no resultan tan sumisos como quieren hacer ver, o como creen serlo, y otros, le agradan por su rendida sumisión, pero en general, el hombre que sostiene el rol no termina de llenar su alma plenamente. Ella, siempre piensa que quiere a un hombre sumiso a sus pies, y que sepa estar a sus pies, pero tampoco exactamente un lacayo, que solo le inspire la clase de ternura que pueda despertarte una mascota. Quiere un hombre a sus pies, que tan solo con pensar en que va a tenerlo a sus pies, la excite a todos los niveles. También, es una mujer fetichista, pero única y exclusivamente de sus pies, y gusta de llevarlos muy cuidados.

Estas dos almas fetichistas, se han cruzado en varias ocasiones, durante mas o menos el último año, en el supermercado de la zona en donde ambos viven. Él, en un primer momento no reparó para nada en esta mujer aparentemente poco llamativa, hasta que un día, en que estaba detrás de ella en la cola para pagar, sin quererlo puso la atención en sus manos, y pudo comprobar que eran unas manos perfectas a su mirada, delicadas pero firmes, pequeñas y muy arregladas. Esas manos y sus movimientos expresivos al dirigirse al empleado de la caja, de alguna forma describían su aura energética. O al menos, eso le parecía a él. Le hablaban de una mujer firme, segura, meticulosa, seria y empática al mismo tiempo, y muy sensual, sin faltarle ese punto de altivez y exigencia, que a hombres como él les estimula grandemente, dada su particular excitación erótica. Éste, es un hombre de los que se queda embelesado con las manos de una mujer. En las siguientes ocasiones que fortuitamente coincidía con ella en el supermercado, reparó en mas detalles. Tenia una mirada muy profunda y trasparente, de esas que parecen mirar con clarividencia en el interior de las personas. La mirada de una fémina, la manera en que mira, es lo que puede convertir a una mujer que no responde a un stándar ideal de belleza, en perfectamente hermosa. Sus formas, ciertamente eran muy generosas, y estaban sus manos claro.. Tan hechizadoras. En tan solo un instante, pasó de recordar haberla visto en alguna ocasión , y no reparar apenas en ella, a empezar a sentir su libido hiper sugestionada cada vez que la veía, e incluso, con tan solo pensar que existía la posibilidad de volverla a ver; pues muchas veces coincidían en el supermercado sobre la misma franja horaria.
Aquella primera vez que se fijó en ella con mas detalle, mientras aguardaba su turno en la fila, la mujer estaba haciendo una reclamación sobre unos precios mal marcados de unos productos en oferta, o algo así. El cajero, tuvo que llamar al gerente, y éste, la dio la razón a ella. Al final, gerente y cajero la pidieron disculpas casi haciéndola reverencias. En verdad, era una dama que irradiaba potestad y mando... Mucho mando.

Una tarde de principios de verano, este hombre fetichista estaba haciendo una pequeña compra, cuando al torcer en un pasillo del super, divisó a la mujer en la sección de verdulería. Se encontraba seleccionando unos pepinos bien maduros, después observó que cogía un racimo de cebolletas muy blancas y redondas, para terminar en la frutería agarrando delicadamente unos plátanos. Todas estas acciones, tan habituales, inofensivas y cotidianas en un supermercado, al realizarlas aquella mujer con la belleza de sus manos, cobraban para esta clase de hombre un calenturiento y erótico misterio. Pasó por donde ella estaba, y rápidamente advirtió que su calzado era abierto, con lo cual, sus pies quedaban al descubierto. Calzaba unas sandalias de esparto con plataforma. Por descontado, que el irredento fetichista no pudo evitar realizar una panorámica visual rápida, disimulada y en picado, hacia sus pies. Quizás, esta mujer no fuese elegida como modelo de pies, pues eran pequeños y no precisamente estilizados y finos, pero muy blancos, carnosos y perfectamente cuidados, pero sobre todo, con la capacidad de despertar todo el erotismo exacerbado que su alma fetichista pudiese contener.
Tuvo que recomponerse un tanto, ante el impacto inesperado de poder descubrir esos pies, tan perfectos en su morbosidad. Era un hombre de recursos interiores, y pensó que era mejor desviar la atención hacia otra cosa menos sugestiva, y se dijo pragmáticamente a si mismo: "Agua que no has de beber...."  Total, - pensó - lo mas seguro es que ella fuese una mujer felizmente casada, aunque estuviese con un hombre incapaz de apreciar la singular belleza de sus pies; y también, era muy probable que fuese una mujer convencional, nada receptiva a este tipo de adoraciones parcialistas sobre lo podal.
En ningún momento había percibido, ni de manera leve, ningún gesto o señal que sugiriese algún interés hacia su irrelevante figura. Y si se le había escapado algún detalle al respecto, no cabria hacerse ilusiones, pues en el supuesto de que se atreviera a entablar conversación con ella, llegar a tratarla y establecer un principio de relación, en cuanto la dama profundizase un poco en sus tendencias, lo mas seguro es que saliese corriendo. Así que: .. "Agua que no has de beber...Déjala correr"

El hombre, termina su frugal compra y se encamina al parking de la gran superficie. Al llegar hasta donde esta aparcado su coche, se da cuenta de que la mujer ha ido a estacionar justo en la plaza de al lado. En ese momento, ella se encuentra descargando su compra en el maletero. El, deja su bolsa en el asiento de atrás, y con el alma en un suspiro se dispone a entrar en el automóvil, cuando de repente ella se dirige a él, en un tono muy cordial:

-"Perdone.... Perdone que le moleste... Mire usted es que...Tengo una pequeña dolencia lumbar, le importaría meterme las cosas de mas peso en el maletero, si no le causa mucha molestia"
-"Oh... Sssi.. Si, por supuesto... Faltaría mas"

El hombre muy solicito se apresura a servir a la dama.

-" Es usted muy amable... Mire... No pretendo abusar de su confianza, y no quiero que piense mal.. Verá, vivo en un tercer piso, el ascensor esta estropeado.. Y con esta lesión... No se si usted tendría tiempo para poder ayudarme a subir la compra a mi casa, esta a dos minutos en coche y se aparca muy bien"

El hombre responde estupefacto, no da crédito a que realmente le este pasando esto...

-"Claro... Fal.. Faltaría más...De todas formas sabe que le sirven a domicilio"
-"Lo sé, lo sé... Pero... Prefiero elegir yo personalmente mis cosas.. De todas maneras, si le supone una molestia"
-"Para nada, en absoluto"

Eĺ la sigue en su coche, aparcan y le sube la compra, comprueba que efectivamente el ascensor esta estropeado. Ella, abre la puerta de su domicilio, y él, deposita las bolsas en la cocina.

-"No sabe lo amable que ha sido, los vecinos con los que tengo confianza están de vacaciones.. Usted me ha solucionado mucho. Le estoy muy agradecida"
-"No hay de que, no ha sido nada... Bueno, la dejo"
-"¿Tiene usted prisa?¿Quiere usted tomar algo? Es lo menos que puedo hacer.."
-"Oh.. No se moleste"
-"Nada, nada, ninguna molestia, siéntese ahí y dígame que le apetece.. ¿Cerveza? ¿Tónica? ¿Un refresco? "
-"Una tónica está bien"

El se sienta en un sillón, ella le sirve una tónica y se acomoda en un silla colocada mas o menos enfrente de él. La conversación transcurre lenta, cortes, e intrascendentemente. Se presentan con formalidad, ella es Inés de Maldonado y él es Fernando López. Ella, esta recién jubilada, aunque su apariencia es de unos diez años menos de la edad que una mujer jubilada debe tener, vive con cierto desahogo, los motivos decorativos de su casa dejan traslucir que es una persona aficionada al esoterismo y las culturas exóticas.
Fernando López, también esta de buen ver para gastar los 58 años, está  prejubilado y es divorciado desde hace muchos años. Es una persona razonablemente leída y cultivada. Económicamente, vive mas ajustado, aunque es un hombre bastante austero pues no necesita de grandes lujos.
En un momento dado, durante la conversación, ella deja colgar la sandalia por la punta de su pie, juguetea con su calzado, y lo deja caer distraídamente para volvérselo a poner. Lo hace repetidas veces y estudia muy discretamente las reacciones del señor López, que se siente cada vez mas nervioso y vulnerable ante esta mujer.

-" Que hace usted con tanto tiempo libre Fernando?
-"Bueno yo... Leo, paseo por el campo, hago senderismo..
-"¿No le gusta ir al cine, el teatro, la opera?
-"Oh me encanta pero mi pensión no me permite ciertos lujos..
-" Es tan injusto ¿No le parece? Estar trabajando toda la vida y que luego el estado te de una miseria.."
-"Si, tiene usted toda la razón"
-" Verá Fernando.. Me parece usted una buena persona, soy muy intuitiva con las personas, y no me suelo equivocar... Mire... Yo, a veces.. Necesito alguna ayuda, como habrá visto, alguien que me ayude a cargar la compra, esta lesión que tengo a veces me limita, y no me gusta molestar siempre a los vecinos. En fin, hay ciertas labores de la casa que mi dolencia me impide realizar.. Por descontado, le daría alguna cantidad de dinero al mes. Entiéndame, no quiero ofenderle con mi ofrecimiento.... Su servicio seria de gran ayuda para mi, y la valoraría mucho... Nos podríamos ayudar mutuamente.. Sinceramente Fernando, veo en usted a un hombre muy servicial, y yo soy una mujer que sabe recompensar como se merece a un hombre tan servicial como usted... ¿Me estoy equivocando cuando digo que usted es un hombre al que le gusta servir a una mujer? Si me equivoco, dígamelo con toda confianza.."

Y diciendo esto ultimo, otra vez deja caer su sandalia de esparto, exhibiendo ante Fernando su pie y mirándole muy fijamente. Al señor López, no le queda ya mas saliva que tragar y el sofá donde está sentado, que al principio le parecía muy cómodo, ahora parece haberse transformado en la silla de un fakir. Balbucea intentando articular una respuesta..

-" Eh... Yo no se que... Decirle...Yo.."
-" Le noto muy nervioso, perdóneme a veces soy demasiado sincera y directa, no se preocupe, olvídelo no le he dicho nada... "
-" No, no, si no me parece que..."
-"¿Si Fernando?
-"Eh...Quiero decir que no me molesta que usted me haya propuesto... Que.."
-"¡Esta usted muy pálido! Me empieza a preocupar.. ¿Quiere que le prepare una tila?"
-"Si... Si, por favor"

Ella le prepara y le trae la tila. Bebe un sorbo y lo deja sobre una mesilla. Se fija en sus manos, y se las coge.

-" Mmmm.. Que manos mas finas tiene usted, yo me fijo mucho en las manos de las personas, dicen mucho de ellas, la suyas me trasmiten muy buena energía... Tranquilícese, esta usted con una amiga de total confianza"

Ella hace un gesto de incomodidad, por la molestia de sus lumbares. Vuelve a su asiento y se recuesta hacia atrás. De buenas a primeras, extiende cada una de sus piernas, provocando que cada una de sus respectivas sandalias salgan disparadas a izquierda y derecha del salón. Sus pies, quedan desnudos al aire y un seísmo se declara en las manos de Fernando, que a duras penas consigue sostener la taza de tila.

-" ¿Sabe Fernando lo que mas mitiga mi dolencia lumbar?"
-"Nno.. No, no lo sé"
-"Un masaje de pies, y usted con esas manos tan energéticas tiene que darlos muy bien, creo que vamos incluir el masaje de pies entre sus labores cotidianas...¿Le parece mal?"
-"Yo.. Si, si.. Si así lo desea.."
-"¡Fernando! ¡Por favor estamos en confianza! Déjese de tantos remilgos y obedezca.. Un masaje de pies.. ¡Vamos! "

El se acerca y se arrodilla para realizarle el masaje requerido, pero ella le detiene haciéndole un gesto con la mano, sin permitirle todavía que acceda a tocar sus pies.. E inmediatamente, le ordena en un tono suave pero autoritario..

"Primero, recoja las sandalias que he tirado y colóquelas aquí cerca de mi, debe saber que no tolero el desorden... Ni siquiera el que yo causo, si va a trabajar para mi, es para mantener esta casa limpia y ordenada.."

Fernando obedece sumisamente y recoge las sandalias de esparto con plataforma.

"Muy bien, así me gusta, veo que vamos entendiéndonos, ahora... Mi masaje"

Fernando, con sus manos temblorosas todavía, masajea deleitándose, a través del tacto, en la hermosura de esos pies, hacia los que había sentido un flechazo fetichista apenas una hora antes. Casi no termina de creérselo.

" Ahhh... ¡Muy bien! No me había equivocado con usted.... ¡Que alivio!... Mmm.. Desde que le vi me di cuenta de que era como... Como un animalito abandonado... Que necesitaba de amparo y protección, pero también de cierto orden y disciplina, pq los animalitos domésticos son mucho más felices si se les da una disciplina, si no es así, viven mas estresados, y entonces sufren... Los pobrecitos... . Ahhh..Muy bien, que buenas manos...Ahora quiero que continúe con el masaje, pero.. Con la boca.. ¡Vamos! Como un buen perrito agradecido... ¿A que va a obedecerme sin rechistar?.. ¡Conteste!"
-"Ss Si.."
-" Lo correcto Fernando es responder: Si Mi Señora obedezco"
-" Si mi señora, obedezco"

El hombre llamado Fernando López, pone su lengua al servicio de ésta mujer, Inés de Maldonado, que le complementa y completa, en sus singulares inclinaciones hacia el sexo refinado. Su lengua devota, se recrea en la suave carnalidad de sus pies. Chupa el dedo gordo penetrando hacia delante, y luego lo mordisquea muy sutilmente succionando hacia atrás.
Ella, empieza a subirse la falda de su vestido, evidenciando signos de creciente excitación. Gime, se baja el vestido por la parte de arriba, y empieza a acariciarse uno de sus pechos. A Inés de Maldonado, Dios la ha bendecido con una carnalidad muy generosa. Fernando empieza a escalar con su lengua por las piernas y el interior de los muslos, con el objetivo puesto en coronar sobre aquellas mamas tan voluptuosas, pero tras atravesar levemente por su vagina y llegando a las inmediaciones del monte de Venus, unas sonora bofetadas echan por tierra sus ilusionantes y lascivias aspiraciones. Zas zas!!

-" ¿Cómo se atreve Fernando? ¿Por quien me ha tomado? ¡Usted esta confundiendo mi hospitalidad y generosidad con otra cosa!"

Fernando, pide perdón repetidas ocasiones temeroso y avergonzado.

-"El problema que han tenido muchos hombres conmigo en el pasado, es que no han sabido cual era su sitio ante una mujer inteligente y especial, les ha faltado valentía, y también, la suficiente inteligencia para reconocer cual debía ser su lugar ante una mujer como yo... Creía que usted era distinto, me siento decepcionada, muy decepcionada"
-"Lo siento, lo siento muchísimo créame, estoy desolado.. No se que me ha pasado"
-"Creo que será mejor que se marche y que olvidemos todo este encuentro"
-"No por favor, no quiero marcharme, le ruego que me perdone, no volverá a ocurrir"
-"¡Ah! ...Entonces... Si quiere usted quedarse.. Es pq desea que le enseñe cual es su sitio... Cual debe ser su lugar ante mi ¿Estoy en lo cierto?"
-" Eh.... Si, si"

Tiende su mano al tiempo que le dice...

-"Pídamelo como un caballero"

Él, arrodillado, la coge la mano se la besa y suplica quedarse y aprender cual debe ser su sitio ante ella. Fernando, es perfectamente consciente de todo lo urdido por esta mujer para someterle, pero le excita muchísimo la forma en que ha ido tejiendo la red, para conducirle exactamente al lugar donde ella quiere que esté, y él desea estar con todo su fervor fetichista. Se siente totalmente fascinado por esta mujer, y su despliegue de locuacidad, de fingida indignación, de manipulación mental; por esos altivos modales de gran matriarca aristócrata, esa psicópata ternura, esa agudeza para saber reconocerle, y detectarle como la victima vulnerable y propicia, que irremediablemente caerá rendido a su poder de mujer dominante.
Le ordena ponerse en pie, y desnudarse. Ella, camina alrededor de el. Esta desnudo ante Inés por primera vez, pero tiene la sensación de que si reparó en él sin que él se diese cuenta, ya debió desnudarle el alma con la mirada, casi desde el primer momento que sus ojos repararon en su triste y melancólica figura.. Ya era suyo entonces, ya estaba bajo su poder, aunque todavía no fuese consciente de ello. Tampoco se da cuenta de que ahora esta empalmado.

-"Fernando...Oh ¿No te importa que te tutée?.. Llegados a este punto...
-"No.. No"
-"En cambio, tu deberás dirigirte a mi siempre como mi señora ¿Entendido?"
-"Si mi señora"
-" Así me gusta, ante todo buena educación"

Se le acerca, manosea sus genitales, agarra su pene como el que se apropia de algo con el convencimiento absoluto de que es suyo, por derecho casi divino. Fernando, se estremece sintiendo que su pene nunca le había pertenecido tanto a una mujer.

-"Mmm.. Siii, te veo en muy buena disposición para aprender"

Le besa y tras el beso, le suelta una bofetada.

"¡De rodillas animal!"

La obliga a ponerse a cuatro patas, y pone su pie sobre su espalda.

"Este es tu sitio... Siempre bajo el poder de mis pies"

Se sienta sobre el, aprieta sus muslos.

"Y esto, es una pequeña muestra de lo que te pasará si te mueves tan solo un milímetro de tu sitio, sin el permiso de tu dueña"

Y seguidamente, tras pronunciar estas palabras, le propina una azotaina. Zas zas zas!!
Se levanta, le vuelve a pisar la espalda. Después,
le indica que se incorpore y se ponga de rodillas.

-"Oh ..Se te ha quedado un poco arrugadita con el castigo, no te preocupes, yo la puedo quitar un poco de vida para luego volvérsela a dar, tengo ese poder sobre ti"

Su pie juguetea con el pene del hombre arrodillado, y a cada instante mas y mas sometido.

"Besa la mano que te ha castigado... ¡Lame!.. Muy bien... ¿Te he hecho daño? ¿Un poquito?' ¿Si?"

Fernando hace un tímido gesto afirmativo, casi con miedo de hacerlo.

"Pobrecito, tengo tanto que enseñarte.. Pero, es por tu bien, y para que nuestra recién estrenada y singular relación evolucione correctamente ... ¿No me guardas rencor verdad? ¿Verdad?" Zas Zas!!

Le da dos bofetadas. Y vuelve a tenderle la mano. Se la besa, se la chupa. Su pene, tal y como ella dijo, ha vuelto a cobrar mas vida. Le dice que se tumbe, pisa su cuerpo, luego su pene, pisa como una ancestral soberana guerrera que impone su legitimo derecho sobre la tierra conquistada. Fernando, es el botín. Vuelve a sentarse en el sillón. Le ordena a su ya rendido esclavo postrarse otra vez a sus pies.

"¡Chúpame los pies!"

Fernando, obedece mejor que antes, ahora ya sabe cual es su sitio. Adora con devoción y sin atreverse a traspasar ninguna línea fronteriza marcada por el poder soberano de la fémina.

"Así me gusta... Mmm.. Buen chico... Veras.. He pensado que en vez de asignarte una cantidad, mejor vamos a poner nuestras dos pensiones en conjunto, y yo administraré nuestra economía en común.. Lo que necesites, me lo tendrás que solicitar así, como haces ahora, lamiendo mis pies muy respetuosamente, y yo valorare si tu necesidad entra dentro de lo razonable...¿Algo que objetar Fernando?"
-"No.. Mi señora"- Contesta Fernando interrumpiendo brevemente su trabajo de adoración -
-"Eso es... Mmm... ¿Cuál es su sitio Fernando?
-" Siempre bajo... Sus pies.. Mi señora"
-"¡Muy bien!...Sube un poco por mis piernas... Así,
MMM.. ¿Ves,? Soy yo la que dicta a que zonas de mi cuerpo puedes acceder y cuando... Adora mis muslos, por aquí por el interior... Mmm si.....Buen chico obediente.. Mmm.. Me excita tanto que me obedezcan"

Se incorpora del sillón hacia delante, y descubre sus senos, le coge a Fernando por detrás de la cabeza y lo acerca a sus exuberantes mamas.

-"Mmmm.. Aliméntate de mi... Me inspiras una ternura especial Fernando, ningún hombre logra ya despertarme esta clase de ternura... Mmmm"

Lo presiona contra sus poderosas mamas. Fernando casi no puede respirar, lo retira hacia atrás. Y otra vez lo somete con sus senos de divina tetuda, restregándoselos por la cara. Se levanta.

-"¿Sabes Fernando?...Si hay algo que alivia mis lumbares es una buena comidita de coño... Mmm.. Mano de santo y a ti, ahora te preocupa mucho mi salud y bienestar ¿ Me equivoco?.."
-"No, no ... Mi señora, no se equivoca"
-"¿Te gustaría aliviarme esta tensión lumbar?
-"Si mi señora"
"¿Lo deseas mucho?"
-" Si, mucho mi señora"

Le suelta otras dos sonoras bofetadas y luego le dice..

-"¿Te crees ya digno? ¿Acaso piensas que yo le dejo comerme el coño al primer perro que recojo de la calle?¿ Eh?" Zas zas!!
-"Lo siento mi señora, perdón perdón"
-" ¿Cuál es tu sitio Fernando?.. ¿CUAL ES?
-"Bajo tus pies Señora, siempre bajo tus pies'

Le mira con una expresión de altiva autocomplacencia, y al mismo tiempo, como si una oleada de sublime e inenarrable placer, empezase a recorrer todo su cuerpo desde el cerebro a la punta de sus pies.

-"Así me gusta... ¿Fernando?"
-"Eh.. Si, mi señora"
-"Quítame las bragas"
"¿Como?"
"No me gusta repetir las cosas dos veces"

Fernando, obedece y le quita las bragas delicadamente. Ella le indica y así lo hace. Después, se levanta la falda...

" Huele.. SOLO HUELE"

Fernando acerca su rostro a su sexo y la huele.
Ella pone le pone la mano sobre su cabeza.

-' Aspira profundamente... Así, buen chico... Los perritos tenéis el olfato muy desarrollado"

Después, se da la vuelta y le muestra sus generosas posaderas para que siga oliéndola. Presiona la cabeza del canino humano contra su divino trasero. Le restriega el culo por la cara.

-" Siiii... Debes empezar a reconocer mi olor"

Seguidamente, arroja sus bragas al suelo. Le ordena a su recién adquirido esclavo, que se incline y pegue su nariz a la ropa interior que acaba de tirar al suelo. Fernando, cada vez mas embriagado por el aroma que desprende esta mujer tan singularmente poderosa, se inclina dócilmente. Ella pisa la cabeza de su entregado acolito. Nuevamente, le enseña su sitio, le enseña a un hombre deseoso de aprender y volver a aprender lo que solo puede enseñar una mujer de sus características.

-"Huele... Este es el aroma que convierte el oxigeno en algo mucho mas respirable para ti... Quiero que huelas hasta que mi olor se meta tan dentro de ti, que ya no huelas otra cosa. Quiero que mi olor te acompañe durante el día, y que lo estés recordando constantemente, y al hacerlo, empieces a salivar como un perrito en celo muy excitado con el olor de su Ama.. Al final del día, si has sido un buen chico servicial y obediente, y has cumplido bien con tus tareas, quizás, si me suplicas como a mi gusta, solo quizás, te permita adorar mi sexo..."

Su pie acaricia la cabeza de Fernando, mientras continua inclinado llenándose del olor que desprende la ropa interior de una Diosa.

Le ordena incorporarse de rodillas para que atienda a su primer plan de trabajo.

" Lo primero que vas a hacer es recoger esas bragas del suelo y lavarlas a mano, mi ropa interior me gusta que se lave a mano...Después, colocaras la compra, fregaras los cacharros que hay sobre la pila y limpiaras la cocina. Tras ello, revisare como lo has hecho, si no es de mi gusto tendré que darte unos azotes, si lo es, me chuparas los pies. Seguidamente, te bañare personalmente para desparasitarte, como a cualquier perrito callejero. Seguidamente, me prepararas un baño y me asistirás en todo lo que necesite...Vas a tener que ir aprendiendo como me gusta que se hagan las cosas... Cuando termine tu jornada laboral, si veo que te has esforzado... Tendrás el privilegio de regalarme placer..."

Diciendo esto ultimo le acerca la cara hacia su vagina desnuda, situándosela a pocos centímetros de ella. Después, retira su cabeza hacia atrás y le tiende su mano para que se la bese. Nunca había llevado el olor íntimo de una mujer tan dentro de él.

"Muy bien.. Ahora.. ¡¡A trabajar!!

Fernando empieza con su nueva vida laboral. Esta lavando las bragas a mano en un barreño colocado en el mostrador de la cocina. Ella se acerca, se pone a su lado y observa como lo hace.

-"Mmm Como me gusta tener a un hombre desnudo haciendo sus labores... Lavando mis bragas a mano... Me pone mucho"

Le empieza a manosear la entre pierna, Fernando se estremece y no puede seguir con el lavado.

-" Ohhh.. No no no.. Sigue lavando.... Si yo te doy una orden, nada, absolutamente NADA, puede impedirte obedecerla - Le tiene agarrado el pene en su mano y empieza a bombeárselo un poco - ... Tu placer no esta aquí, tu placer debes encontrarlo en obedecer y satisfacer a tu dueña.. Tu placer consiste en que yo lo agarre y quede atrapado en mis manos, me adueñe absolutamente de él, y decida sobre él lo que mas me plazca...Y tú, acates sin rechistar mis decisiones... ¿Entiendes en que va a consistir  tu placer a partir de ahora?

-"Ahhh Si... Mi.....Ahh...Mi Señora"

Le suelta el pene y le da dos azotes en el culo. Zas Zas!!!

-" ¡He dicho que sigas trabajando y frota con mas delicadeza! ¡Son mis bragas perro!

Fernando acomete las tareas encomendadas. Friega la cocina y coloca los alimentos. Llega el momento de la inspección. Inés, el ama Inés, comprueba como ha desempeñado el trabajo. Muestra su disgusto al comprobar que ha mezclado los vasos y las tazas sin separarlos unos de otros, diferenciándolos. A Inés, le disgusta la falta de simetría en la organización de las cosas. Le dice que, para ser la primera vez no lo ha hecho mal en general, pero que todo es mejorable. Ella se sienta en el sofá, le ordena acudir y tenderse sobre sus piernas.. Sus manos, esas manos que a Fernando le hechizaron en el supermercado, acarician su desvalido culo. Su pene empieza a crecer presionándose contra sus piernas, y ella siente como florece la erección sobre sus muslos, se produce una corriente de excitación mutua, que establece un nexo de unión, que no por invisible resulta menos solido y tangible que los eslabones que forman una cadena. Ella, está a un extremo de la cadena, con su mano tirando; él, al otro extremo con la cadena rodeando su cuello. A ella, le produce un placer infinito tirar de la cadena, y a él, sentir como ella tira. Son dos formas distintas de vivir el placer, pero se confunden en una sola, que laten en lo sensual. Sus manos acarician la palidez del culo indefenso...

" Me tienes que prometer que vas a esmerarte en tus tareas domesticas..."
-"Lo prometo... Lo prometo"
-"Lo prometo.. ¡MI SEÑORA!". Zas zas zas!!!
-"Lo prometo...Mi señora"
-" Si te aplicas con devoción a tus tareas demuestras que quieres complacerme, además de respeto y gratitud... ¿Deseas complacerme? ¿Eh?"

Zas Zas Zas!!!

-" Si Si mi Señora"
-" Si mi Señora NO HAY COSA QUE MAS DESEO EN ESTE MUNDO QUE COMPLACERTE" Zas Zas Zas!!
-"Si mi señora.. No hay cosa que mas deseo en este mundo que.. Complacerte"
-"¡ Hay que ver como tengo que sacarte las palabras Fernando! Me estoy empezando a cansar" - Zas Zas Zas!! - ¡Al suelo! ¡Vamos!"

Vuelve a arrodillarse con la cabeza agachada. Inés, sentada en su sillón, le observa con estudiado gesto de desdén y reprobación altiva. Fernando, no se atreve a alzar la cabeza, pero puede sentir su mirada escudriñándole hasta el tuétano del alma. Inés de Maldonado, genera un silencio con el que crea una atmosfera de tensión expectante, capaz de sugestionar a cualquier hombre que se atreva a ponerse a sus pies, en la firme convicción de que dentro de esos metros cuadrados de vivienda, el silencio, el tiempo, la temperatura corporal, las palabras, los gemidos que rompen el silencio, el placer, el dolor, el pesimismo, la esperanza, todo, absolutamente todo, vive determinado por su acción vital de hembra dominante. Esos largos, dilatados e interminables segundos se convierten en algo muy duro de sostener , y Fernando siente que su destino es unidimensionalmente frágil, pues le pertenece a la mujer que tiene ante él. En un momento dado, coge la cara de Fernando entre sus manos, dirigiendo sus ojos hacia los suyos. Ella, no pestañea, el gesto serio, la mirada fija sostenida, la expresión de sus ojos severa, analítica. De repente, cesa en su mirada hacia él, y deja de sostenerle el rostro entre sus manos.. Se recuesta hacia atrás en el sillón, cruza sus piernas, y gira su cabeza con gesto distraído y ausente. Ignora deliberadamente al hombre que tiene a sus pies, lo reduce a la invisibilidad, el silencio se prolonga hasta lo insoportable. Fernando, empieza a comprender que debe ser él quien acabe con esta situación atronadora, que le ha condenado al ostracismo silente mas estruendoso y aturdidor. Entiende que, debe decir algo para que le levanten este castigo de frio silencio, y gélida ignorancia. Debe verbalizar adecuadamente su absoluta y rendida devoción, las palabras espontáneas pero bien expresadas, son reflejo inequívoco de lo que en el alma se agita, y ésta mujer no sólo exige un cuerpo y un cerebro sometido, desea un alma convencida de que su entrega hacia ella debe llevarse a cabo con fervor casi religioso, y sin el casi.

-"Mi... Señora... ¿Puedo hablar?

Transcurren unos segundos interminables. Ella sigue manipulando el tiempo a su antojo, consigue que hasta el tiempo se postre a sus pies. Gira su cabeza y le mira sin mirarle, con un gesto distraído, como si estuviera observando a un insignificante insecto que acaba de emitir un molesto zumbido.

-" Si te has atrevido a romper mi silencio, espero que sea para decir algo que me complazca, si no, voy a tener que reconsiderar muy seriamente el acogerte en mi casa.."
-"Mi señora... Yo... Solo espero estar a la atura de la gran generosidad que has tenido conmigo.. Prometo mejorar en las tareas domesticas.. Solo quiero complacerte"
-"Bien... Parece.. Que vas entendiendo como me gusta que me expresen la debida gratitud y devoción, que no es mas que lo mínimo que merece alguien como yo... Tener a un hombre arrodillado, acariciándome con sus palabras es algo que me complace extremadamente... Pero, tampoco busco un amito de casa que cumpla a la perfección con sus tareas, todo en su justa medida Fernando, pq sino, no tengo nada que enseñarte...Y a mi, no hay nada que me guste mas que enderezar a un siervo fiel como tu.. ¿Entiendes?"
-"Si, mi señora"
-"Me gusta mucho que me acaricien con las palabras... Sobre todo, con la palabra perdón... Debes pedirme perdón por tu parquedad, has sido muy roñoso con las palabras, y eso no ha estado bien..Mmm Si... Un perrito arrodillado a mis pies, suplicando perdón, mientras a cada suplica su pene va floreciendo mas y mas, a mis pies.... Mmm ..¡Suplica perro!... A ver como suena tu perdón"

Fernando, suplica perdón una y otra vez. Le obliga a exprimir toda las posibilidades expresivas que contiene esa palabra tan regeneradora. Es la penitencia debida por tan escueta expresividad al manifestar su rendida sumisión hacia ella. Le va exigiendo que pronuncie su perdón en un tono de arrepentimiento que por momentos suena mas convincente, mas entregado, mas desvalido, mas arrastrado, mas vulnerable. El pie de Inés acariciando sus genitales, le ayudan sobremanera a convertirse en un genuino perro arrepentido, aunque sus pecados hasta el momento hallan sido tan benignos, que en realidad son inexistentes; pero eso carece de la mas mínima importancia, pues lo esencial es poner el arrepentimiento al servicio del erotismo mas refinado y perverso, obsequiárselo a una fémina opulenta en su poder de Diosa. El pene, florece a los pies de la domina, y la suplica de implorar perdón, cobra un significado singularmente excitante.

-" Muy bien.. Te perdono... Y para que veas, que soy comprensiva y flexible con tus faltas, no voy a castigarte mas, aunque te lo merezcas y te voy a dejar que me chupes los pies..¡ Vamos!"

Extiende su pierna hacia su esclavo arrepentido, y este vuelve a entregarse al juego de la adoración fetichista.

-" Mmm.. Así me gusta... Siempre digo que el arrepentimiento hace que un perrito adore a su Ama con mas intensidad.... Mmmm.. Siii.. La lengua de un perro arrepentido siempre es mucho mas devota... Me encanta este perrito que acabo de recoger de la calle... Así, muy bien, chupa ahí.. Mmm..Eso es"

Tras renovar el culto hacia sus pies, llega la hora de desparasitar al perro. Fernando se mete dentro de la bañera, colocándose a cuatro patas. Y ella, le lava ayudándose del teléfono de la ducha. Fernando siente sus manos limpiando su cuerpo, esas manos que lo habían despertado todo, esas manos que le hechizaron conduciéndole directamente al lugar donde se encuentra ahora, poseído por ellas, las siente en sus genitales, y comprende mejor que nunca la expresión: "Agarrado por los huevos". Todo su cuerpo vibra en una excitación inigualable.
Su baño ha terminado, debe secarse rápido limpiarlo todo bien y preparar el baño para ella.
Cuando está todo preparado, se lo comunica, e Inés aparece vestida con un Albornoz. Se lo quita y por primera vez puede verla desnuda, admirando la voluptuosidad de su cuerpo. Se sumerge en la bañera como una ninfa en un manantial mitológico. Le asiste en el baño con todo lo que necesita. Se incorpora de la bañera y se aclara el cuerpo con la ducha. El, observa en silencio respetuoso, a través de una mampara que protege la salida del agua parcialmente, adorándola en contemplación, memorizando cada línea exuberante de su cuerpo, marcándose a fuego lento un deseo indeleble por adorar, servir, cuidar y rendir culto a tan generosa carnalidad. Entretanto, ella se deleita en la observación del devoto, haciendo su baño mas placentero, el agua caliente se derrama por su cuerpo de hembra poderosa, mientras somete a su sumiso al fuego lento de la contemplación. Siente como su sumiso se consume de deseo por dentro, y sólo cuando ella lo decrete, permitirá al esclavo aliviar en alguna medida ese fuego interior, pero siempre encauzado en alimentar su placer de Diosa insaciable. Toma nuevamente conciencia del poder que tiene mientras el agua acaricia su cuerpo, y su excitación se acrecienta sin fin.
Es una ducha muy placentera. Sale del baño. Él, la ayuda a secarse, a embadurnar su cuerpo con cremas, y perfumarla. Luego, le ordena retirarse, y ella termina de acicalarse. Tras un rato, escucha su voz llamándole desde el dormitorio. Está esperándole frente a un espejo, deja caer su bata para exhibir su cuerpo desnudo, ardiente y esplendoroso. Imposible para Fernando, no arrodillarse ante tanta altivez y hermosura. Para su sorpresa, le indica levantarse y situarse detrás de ella. El, sigue desnudo. Le ordena acercarse más, tanto que su miembro viril contacta con sus hermosas posaderas. Fernando está muy desconcertado.

"¿Te gustaría penetrarme por detrás a cuatro patas?"

El desconcierto de Fernando se torna en absoluta perplejidad, y apenas alcanza a balbucear algunas palabras sin terminarlas. Ella empieza a menear su culo rozándose con el, por momentos, enhiesto pene de Fernando.

-" Que tímido eres Fernando... Rodearme con tus brazos... Así... A mi me gusta que me adoren como una Diosa... Pero soy una mujer... Y también me puede gustar que me follen como una perra"

Se da la vuelta, le besa y le agarra el pene con una de sus manos.

-" Mmm.. Tienes que ser más atrevido Fernando. Me gustan los hombres atrevidos... ¿Te parece una contradicción?"
-"-Yo... Ahhh.. No.. Se.. Ahhh"
-" Si, me gusta que un hombre sea atrevido porque me gusta sentir que es capaz de cualquier cosa por mi, pero sobre todo... Porque disfruto de lo lindo cuando rebajo sus expectativas... ¡De rodillas ante tu Ama perro!" Zas Zas!!

Pone un pie sobre su espalda.

-" ¿ Es que otra vez tengo que enseñarte cual es tu sitio?"
-" No, no mi señora, bajo tus pies siempre bajo tus pies"

Le presiona mas para que se incline y le bese los pies Le ordena parar, e incorporarse de rodillas. Le acaricia la cabeza y le acerca la cara a pocos centímetros de su vagina.

-" Aunque te permita estar dentro de mi, la realidad es que soy yo la que absorbe tu pene con mi vagina, soy yo la que te folla a ti, en ningún momento dejarás de cumplir mis órdenes.. Mis deseos...¿Lo entiendes?"
-" Si mi Señora. Lo entiendo"
Si aspiras a tener el privilegio de de estar dentro de mi, vas a tener que demostrar una absoluta y extrema devoción, un total sometimiento a mi placer... ¿Crees que hoy has sido bueno, y te has ganado convertirte en mi perrito lamedor?"
-" No.. Lo sé.. Mi señora...Yo sólo quiero servirte"
-"¿ Es que acaso no deseas comérmelo?
-Oh.. Si.. Si...Claro que si"
-"Suplícalo... A ver como me suplicas"
-"Por favor te lo suplico... Permítemelo... Por favor.. Te lo suplico, mi Señora"
"Suplica... Mejor."
"Por favor... Lo deseo tanto... Te obedeceré en todo mi señora.. Por Favor"
-"Eso está mejor pues has llenado tu suplica de mayor verdad y contenido... A ver como saliva el perrito"

Le pasa la palma de la mano por su boca, y la lame con fruición compulsiva.

-"¿Has oído hablar del perrito de Pavlov?"
-"Ttt..Tengo una ligera idea.."
-"Campana...Comida.. Y el perrito saliva... Pero, si el perrito saliva sin que suene la campana, es que esta pensando en la comida...Tu vas a ser mi perrito Pavlov....Pero para que haga sonar la campana vas a tener que ser muy obediente, muy competente en tus labores domesticas, y vas a tener que estar babeando todo el día, y después suplicar como un perrito en celo por tu alimento, porque el placer de tu Ama tiene que ser el alimento que mas te sacie..-Zas
Zas!! - ¡Suplica y babea perro!!"

Y suplica otra vez, descubriéndose a si mismo como un perro babeante, pues Fernando se ha comido algún que otro coño en su vida, pero ninguna mujer le había despertado este deseo tan intenso e imperioso por regalar placer.
Ella, se vuelve, mostrándole sus exuberantes nalgas, enseñándole el camino por el que empieza la idolatría a una Diosa carnal.

-"Adórame esclavo.. Adórame"

Fin.


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