EL PERDÓN



El Perdón
[Por esclavo imaginario)

La puerta está entre abierta. La empuja y accede a una sala en penumbra, cerrada, sin ventanas.
El centro de la estancia se encuentra tenuemente iluminado por la trémula luz de una lampara, y varias velas encendidas sobre un anaquel situado detrás de un trono, imprimen una extraña y siniestra calidez al ambiente.. La crepuscular atmósfera, dibuja entre las sombras una gracil silueta femenina, sentada en el trono, con las piernas cruzadas. La voz de la femenina, rasga las finas sombras, ordenando a aquel hombre que se desnude. El hombre, obedece, y la figura femenina enciende otra lampara contigua a su trono, para proyectar algo mas de nitidez sobre la agonizante penumbra. El hombre, esta de pie, desnudo y la oscura silueta se incorpora del trono, y al hacerlo, es como si terminara de materializarse, surgiendo de entre las difuminadas sombras, y perfilándose en una suerte de imagen casi irreal.

Ella le observa, su mirada parece tener la capacidad de traspasar la carne y fulminar el alma de un hombre, con un sólo y rápido escudriño. Camina alrededor del cuerpo desnudo, con aire inquisitivo. El ruido de sus tacones al caminar, producen un temblor de tierras, pero no es la tierra, es el corazón de un hombre sumiso. Hace sentir el peso de su presencia de manera rotunda. Se coloca a un lado, por detrás, muy cerca del desnudo y sumiso cuerpo. Le golpea con su aura, le traspasa con su mirada, le deshace con solo el poder de su presencia. Él, esta desnudo, totalmente inmóvil, obligado a mantenerse inherte en medio de aquella penumbra, pero ella, con su autoridad divina mantiene viva la llama de su deseo.
El cuerpo de la mujer de las sombras, es muy deseable, pero solo necesita dirigirle su mirada, para que el sumiso sienta que sus impulsos están paralizados, y comprenda instintivamente que, tan solo ella decide y permite a que niveles puede acceder a su cuerpo; lo que la hace mas deseable todavía. El pene del sumiso ha cobrado vida. La oscura dama, le dedica una  mirada de cruel satisfacción, después, se dirige a él, en un tono pedagógico de tenue severidad.

"Veras... Hay erecciones que pueden resultar ofensivas, inadecuadas... Tu erección ahora mismo está interrumpiendo mi mirada de Diosa... Un perro bien educado, sabe cuando esta teniendo una erección inoportuna, y si la tiene, lo primero que hace es ponerse de rodillas y pedir perdón"

El sumiso, hinca sus rodillas y pide perdón. Ella le obliga a inclinarse más poniendo su tacón sobre la espalda y doblegándolo. Le ordena que vuelva a plañir su perdón, pero esta vez totalmente sometido bajo su poder. El esclavo esta a cuatro patas, ella se sienta sobre él. Aprieta sus muslos aternazando su cadera. Sus manos, acarician el culo como dulce y suave aperitivo previo a la aspereza del castigo.. Zas zas !!.. Le castiga con sus manos, enfriando la excitación del sumiso... Zas Zas!!.. Se incorpora y vuelve a pisar la espalda de su jamelgo humano. Se dirige hacia su trono y se sienta. Rompe el tenso y excitante silencio con un chasquido de sus dedos y seguidamente dice:

"Perrito ven aquí"

Su voz es tenue, dulce y severa a un mismo tiempo, y produce un efecto como de hechizo envolvente en el sumiso. El sumiso, acude andando a cuatro patas. Su pene ha perdido vida tras el castigo recibido, pero no por ello su libido fetichista se encuentra menos receptiva al placer dominante. Le ordena descalzarle. Esa primera visión de los pies de una Diosa, tras descalzarla, es siempre un regalo celestial. Su pie, empieza a acariciar levemente el interior de los muslos del siervo arrodillado. Juguetea.. Se dirige al esclavo empleando un fingido tono apocado y melindroso, de grave actitud reflexiva.

"Tu actitud indecorosa hiere mi sensibilidad de mujer... Debes saber comportarte ante una dama en todo momento.. Tu erección me ha resultado tan... Vulgar, tan....Primitiva..."

Su pie empieza a realizar sutiles recorridos bajo el escroto del sumiso.
entanas.

“Cuando mi sensibilidad  se siente tan alterada me llega a afectar a la tempura corporal... Los pies se me quedan helados"

Su pie acaricia los genitales del sumiso. Su empeine presiona sutilmente hacia arriba. Juguetea con la entrepierna de su esclavo. El pene del esclavo empieza a florecer de nuevo...

"¿Ves? Esta erección es mucho más tierna y respetuosa... Esto es producto de la voluntad de una Mujer Superior, y no de los bajos instintos de un perro fetichista...  Es una reacción que crece  donde debe de crecer...A mis pies...  ¿No te parece que así es mucho más bonito?. Te diría que hasta romántico ¡Contesta!"
"Ahhh sss si"
"Uhm... Tienes tanto que aprender.. Necesitas tanto adiestramiento... ¿Quieres que te adiestre?"
"Sss..Si"
" Necesitas un buen adiestramiento.. Adiestramiento para perro.. ¿Quietes ser mi perro?"
"Si..
"Tienes que decirlo"
"Quiero.. Ser.. Tu perro"
"Suplícalo"
"Por favor... Te lo suplico"
"¿Por favor?.. ¿Que?"
Por favor.. Déjame ser tu perro"

Se levanta imperiosa. Ordena al sumiso que se tumbe boca arriba y que abra las piernas. Le pisa la entrepierna.

"¿Así es como suplicas a tu Diosa? Debes suplicar desde lo mas profundo de tu ser. Debes sentirlo muy profundamente. ¡Suplica como el perro que quieres ser!!

" Ahhh.. Por favor...Déjame ser tu perro.. Te lo suplico..."

Su pie sigue aplastando la maltrecha polla del esclavo.

" ¡Suplica mejor!"
"Ahhh  Por favor... Quiero ser tu perro!
"¡He dicho que supliques mejor!"
"Por favor... ahhh  no hay cosa que..ahhh desee mas que ser tu perro... Te lo suplico ahh...Adiéstrame... Seré tu perro.. Por favor"

Su pie ahora le pisa la boca.

"¡Mucho mejor! Me cuesta una barbaridad sacarte las palabras perro.."

El poder de sus pies atormentando su cuerpo, le recuerdan lo vulnerable y desvalido que se siente ante ella, lo endeble que es su voluntad, y lo firmes que deben ser sus súplicas, para poder entregarse sin reservas a la incontestable y divina supremacía de esa mujer, que emerge de las sombras, que emerge desde nuestro interior.
Tras castigarle con sus pies, el ama desaparece un momento. Al esclavo le recorre por todo su cuerpo una extraña sensación de orfandad, comprende entonces, cuan necesario es para su alma sentir sobre su cuerpo los pies de su dueña
Ella vuelve con una correa, se la pone al cuello y saca a pasear a su nueva mascota. Tira de la correa para acercarlo hasta ella. Tiene al esclavo de rodillas. Presiona al esclavo contra su divino sexo.

"Huele.. Quiero que mi esencia se quede impregnada en tu alma"

El esclavo arrodillado se llena los pulmones de su fragancia, y entonces, comprende que seguirá su rastro, como un buen perro amaestrado, por toda la eternidad. Le retira la cabeza hacia atrás mirándole con inquisitiva picardía

"Mmm... Se exactamente lo que se te pasa por la cabeza en este momento.. Siii.. Eres un perrito muy calenturiento... Te gustaría lamerme ¿eh?..¿Muéstrame cuánto te gustaría?"

Le pasa la mano por la boca. Y el sumiso la besa y lame compulsivamente.

"Mmm que glotón... Creo que tu eres de esos perritos que se come todo lo que le ponen en el plato.. Rebañándolo todo... sin dejarse nada... Así que te gustaría hacerme un buen sexo oral ..,

En un movimiento súbito e inesperado, pone su mano sobre la cabeza del esclavo, le obliga a agacharse, el pie sobre su espalda termina de humillarle, reprimiendo la visceralidad del perro en celo.

"Si pretendes acceder a mi santo coño tendrás que ganártelo desde lo mas abajo como un hombre.. ¡Lame mis pies!"

El perruno esclavo acerca sus labios a uno de sus pies, apenas alcanza a rozarlo, el ama lo retira dando un paso hacia atrás. Le tira de la cuerda hacia abajo para que vuelva a intentarlo. Ella, vuelve a retirar su pie. El perruno se arrastra, mientras un creciente deseo por los pies de una Diosa empieza a consumirle por dentro. Al fin, le deja paladear un pie mientras es pisado con el otro. Un pie sobre su espalda le presiona hacia abajo para que su cuerpo quede tendido totalmente, le restriega los pies por la cara. Le tira de la correa obligándole a que se incorpore. Le indica que tienda la palma de sus manos para que sujete uno de los pies. Se lo mete en la boca entero para que lo chupe.
Le tira otra vez de la correa, obligándole a tumbarse boca arriba a los pies del trono. Ella se sienta, reposando sus pies en la cara del esclavo. Se la pisa y la abofetea con sus pies. Ahora su cabeza sirve de reposapiés. El ama descansa sus maltratadores y adorables pies.

"¿Sabes? Antes me has pedido perdón pero... Ha sido un perdón con la boca muy pequeña...  Me ha resultado un perdón de falsa zorrita plañidera...Un buen esclavo, debe saber pedir perdón de manera muy convincente, por dos razones principales: La primera porque tarde o temprano cometerá una torpeza imperdonable, algunos incluso buscáis cometer errores para ser castigados. Y la segunda, es la mas importante, pues a las mujeres nos encanta que nos supliquen perdón, y a una Diosa.... La excita sobremanera"

Le ordena alzarse y ponerse de rodillas y...

"Pídeme perdón"
"Perdóname mi Ama.. Perdóname"
"Así pretendes conmover el corazón de una Diosa"
- Zas zas!  Bofetadas -... Vas a tener que hacerlo bastante mejor"
"Por favor mi Diosa te suplico que me perdones"
"Algo mejor... Pero no es suficiente"

Vuelve a tirarle de la correa, le pisa, le obliga a tumbarse otra vez en el suelo, boca arriba. Su pie sobre su pene y sus testículos.

"Tienes que pronunciarlo sabiendo que quizás yo llegue a perdonarte, pero que tu alma sumisa jamás va a poder perdonarse a si misma. El arrepentimiento sincero mide el deseo de pertenecerme, de aspirar a ser un instrumento perfecto modelado a la medida de mis deseos.
Es un perdón, que tienes que pronunciarlo de una manera muy especial... En fin, no se si un perro obtuso como tu puede llegar a entenderlo"

Le pisa la boca y con la boca maniatada por su pie, le ordena que siga pidiendo perdón. El esclavo muge, intentando pronunciar un imposible y desesperado perdón.

"No te oigo esclavo"

Aplasta la boca del esclavo con mas intensidad. Levanta el pie, permitiendo que el sumiso exhale un exhausto y rendido perdón. Le vuelve a pisar la boca. Le abofetea con el pie. Vuelve a pisarle.

"Sigo sin oírte perro"

Después, hunde su culo sobre la cara del sumiso. Le corta la respiración y levanta sus hermosas posaderas para permitirle coger aire, no para que pueda respirar, sino para obligarle a volver a pronunciar un entrecortado y agónico perdón.

"Mmm te vas acercando perrito"

Vuelve a posar su culo sobre la esclava cara. Con el culo maniatando la boca, le ordena que pronuncie otro imposible perdón. El esclavo, entre mugidos desesperados intenta pronunciar otra vez la suplicante palabra. El ama, vuelve a levantar su letal arma de la cara del esclavo; y éste, exhala un reiterado perdón con una tonalidad cargada de sincera desesperación, que el ama juzga mucho mas satisfactoria.

"Biiieeen... Sí, ese perdón lo he sentido como... Mas cargado de significado"

Se pone en pie. Ordena al sumiso que se ponga de rodillas. Le dice que la abrace. El sumiso con sus brazos la abraza por la cintura. La mano de ella acaricia su cabeza. Con sus manos mueve su cabeza hacia atrás. Mira a su sumiso con piadosa y perversa ternura, al tiempo que le dice:

"Te perdono"

El sumiso, tras haber padecido ese excitante purgatorio que ha significado la rabia desatada de sus pies sobre su cuerpo; escucha el perdón de su Ama, sintiendo una liberación purificadora que reconforta todo su espíritu. Definitivamente, la adora como a una Diosa auténtica.
Ella se vuelve, apaga las velas, apaga las luces, y la total oscuridad se cierne sobre la estancia, bañando el cuerpo desnudo del sumiso con un escalofrío, que le provoca un sentimiento de desolación y abandono. Se levanta, intenta buscar  algún interruptor palpando con sus manos las paredes envueltas entre tinieblas. Al fin, consigue localizar uno y lo acciona para encender la luz. La estancia está vacía, allí no hay nadie, y la única salida que tiene la pequeña habitación, es por la puerta que ha entrado; y que no se ha vuelto a abrir desde que él mismo la cerró al entrar....
La oscuridad se la dio y la oscuridad se la ha quitado.

Fin.


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