LA GENEROSIDAD DE UNA DIOSA

 Una mujer llega a su domicilio. Es una mujer diferente al resto, porque sencillamente es una mujer consciente de su poder. Es una mujer con una creencia firme en la exigencia, primero para sí misma  y luego para los demás. Exigir, posee una connotación superior a pedir. Si exiges, instas a que tu requerimiento sea atendido, desechas la posibilidad en tu inconsciente de recibir una respuesta negativa. En cambio, si te limitas a pedir, asumes la posibilidad de que tu requerimiento no sea atendido. Sin exigencia, tus objetivos no se concretan en la realidad satisfactoriamente. La exigencia, es el único camino que conduce a la excelencia, algo a lo que, aunque humanos y por tanto imperfectos, cada uno de nosotros deberíamos aspirar, al igual que está mujer aspira. El complemento natural cuando se tiene un enfoque exigente de las cosas es la inteligencia, está mujer es tan inteligente como para no dar ninguna fuerza a los pensamientos de los demás.

Ahora, está mujer exigente y dotada de una aguda inteligencia está llegando a su domicilio. Allí, la aguarda un hombre desnudo y arrodillado a la entrada. Es un hombre sumiso, condición que no le convierte en una persona carente de un sentido de la exigencia, pues no es un sumiso dispuesto a postrarse a los pies de cualquier mujer que porte un látigo y vista de cuero. Es un hombre que se rinde incondicionalmente ante la superioridad femenina, pero siempre y cuando considere que realmente está ante una fémina superior, y merece la pena claudicar sin reservas, para pasar a convertirse en un devoto esclavo.

La mujer, nada más traspasar él umbral de la puerta, comienza a desnudarse. Al hacerlo, es como si una Diosa que hubiese adoptado cierta identidad terrenal para pasar inadvertida entre los mortales, empezara a despojarse de ella para mostrar su verdadera naturaleza divina ante el   fiel y secreto acólito. Éste, la asiste recogiendo sus vestiduras y depositándolas ceremoniosamente en una silla destinada a tal efecto.
El súbdito arrodillado, permanece con la cabeza gacha, como con miedo de mirar directamente el cuerpo desnudo de esa mujer que se yergue ante él tan poderosa. Su temor es reverencial, parece totalmente persuadido de que si la mira de manera directa, sin permiso, puede cernirse sobre él alguna desgracia o plaga bíblica. La mujer coloca su mano bajo la barbilla del súbdito, permitiéndole alzar la mirada para que pueda admirar su cuerpo desnudo durante unos gloriosos instantes. Sus ojos se deleitan con las formas proporcionadas y esbeltas del cuerpo que idolatra. Ella, le mira desde arriba con altiva ternura...

-" ¿No crees que es un enorme privilegio permitirte contemplar tanta belleza?"
-" Si mi señora, lo es"
-" Ahora huéleme, llénate de mi... SÓLO HUELE"

El siervo acerca su nariz al sexo de su señora y aspira profundamente, mientras ella pone la mano sobre su cabeza. Es como un cachorro de canino, que sólo a través del olfato la vida empieza a adquirir su sentido. Éste cachorro, vive embriagado del mas profundo aroma de su Ama, pues el Ama representa el sentido de su mundo.
La Domina se vuelve, y le ofrece su armonioso trasero. La mano femenina suave pero firme, se desliza hacia atrás empujando la cabeza del idolatra, para que se hunda en un mar de olorosa carnalidad. En un momento dado, le retira la cabeza del divino pompis para interpelar a su rendido devoto...

-" ¿Crees que tu Ama es generosa?"
-"Oooh... Sí, sí... Ahh.. Mi señora, muy generosa"

La mano vuelve a empujar la cabeza hacia las nalgas, para que el esclavo termine de emborracharse con el aroma esplendoroso que emana de la voluptuosidad carnal más exacerbada Tras el culto a la divina fragancia, el Ama le ordena besarle los pies. El esclavo se inclina, besándoselos con dulce pasión devota.
La mujer se sienta en un sofá y requiere la presencia de su fuel acólito; el cual acude muy solicitó para postrarse a sus pies.

-" ¿Uhm?.. ¿Qué día de la semana es hoy?"
-"Jueves mi señora"
-"Entonces.. Es tu día de acción de gracias.."
-" Si, mi señora
-" Puedes empezar"- le dice al tiempo que le tiende la mano -

El jueves es el día elegido por el Ama para que el siervo agradezca el privilegio de poder estar a sus pies. Tiene que cogerle la mano y recitar una suerte de letanía en donde expresar gratitud hacia la generosidad de su divina benefactora. Es imposible no repetirse semana tras semana, pues el ritual se repite cada jueves sin faltar ni uno, pero a ella no le importa tanto lo que diga como el fervor que exprese al decirlo. Y sobre todo, sus palabras de agradecimiento tiene que producir algún efecto sobre la floración del pene. El pene nunca engaña. Es un baremo perfecto que mide   la sinceridad de un hombre como ningún otro. Como lo de Pinocho pero al revés, y en vez de la nariz, lo que crece es la... Y al Ama, el contemplar la erección del esclavo como consecuencia de su fervor hacia ella, le produce una indescifrable excitación que tan sólo una mujer de sus características es capaz de sentir, y entender plenamente. El esclavo recita su letanía, mientras la Domina le tiende su mano mirándole con descuidada atención.

-" Mi señora yo... Mis palabras no pueden expresar el agradecimiento que siento hacia ti. Solo deseo estar a la altura del enorme privilegio que es estar a tus pies... Solo aspiro a servirte...."
-"¡ Diríjete a mí mirándome a los ojos!"
-" Si mi señora... Solo aspiro a servirte cada día mejor para agradecerte tu gran generosidad.. Aprender a darte placer, y hacerlo cada vez mejor..   A ser cada día más digno de estar a tus pies.."
-" Puedes besar mí mano"

Si le permite besar su mano es que su retahíla de gratitudes han sido del agrado del Ama, porque de no haber sido así, la mano de la Diosa se hubiera mostrado más activa y agresiva. Le indica acercarse más quedando situado frente a ella.
Empieza a acariciar levemente con la yema de sus dedos el miembro erecto del esclavo. Lo observa con mirada ausente...

-" Es de perrito bien nacido ser agradecido... Tu fervor es de mi agrado, y por eso ahora tienes la enorme recompensa de recibir la caricia de una Diosa.... ¿ Verdad?"
-" Ahh.. Si.. Mi.. señora"
-" ¿Es tu Ama generosa?"
-" Ahhh..  Muy generosa"
-"¿Te sientes feliz por ello?"
-" Ohhh ... Si, muy... Ahh..Feliz.."
-" Pues mueve tu colita para mi ¡Vamos!"

El Ama chasquea los dedos. A cada chasquido, el esclavo balancea sus caderas y el miembro oscila de abajo arriba y de arriba abajo. La mujer chasquea varias veces sonriendo como una niña malévola que siempre consigue salirse con la suya. Inesperadamente, le agarra el miembro con la mano.

-" Mueve tu colita ahora... ¡Vamos muévela!"
-" Ahhh... No.. Ahh.. No puedo"
-"¡Claro!.. No puedes porque tu colita ya sólo debe moverse al ritmo que yo la marque... ¿Verdad que es así?"

Empieza a manosearle con sus manos los genitales, mientras le dirige una mirada de lascivia capaz de hacer que los hombres borren de sus mentes el nombre de Afrodita.

-"Ahhhh... Si mi.. Señora.. Aaasí.. Es..."

Las  manos dejan libre el miembro del esclavo, aunque este aun puede sentir la suave y firme energía de esas manos enjaulándole. El Ama, vuelve a chasquear los dedos, y el siervo agita su cola al compás que le marcan entre risas de perversidad.

"Muy bien, ahora traerme tu correa"

Obedece. Ella coge la correa indicándole que se coloque más cerca para poder anudársela mejor. Los pechos de la Diosa están tan sólo a unos pocos centímetros del subyugado mortal. Tras colocarle la correa, se los acaricia ante él, mirándole como una ninfa lujuriosa y malévola, perfecta encarnación de la tentación carnal, y guardiana escrupulosa de la fuente del pecado.

-"¿No habrás comido en mi ausencia?"
-" No ,no, nada"
-"Ya sabes que no puedes, pues he decretado dos días de ayuno para ti... Para que purifiques tu espíritu.... Sólo puedes beber líquidos y alimentarte únicamente de mi... Si te lo mereces claro... ¿Te gustaría degustar mis pechos?"
-"Ehhh.. Si, si mi señora"
-" Pues a mi me gustaría no tener que contemplar esa mirada de perro salido que veo en tus ojos...  Hiere mi sensibilidad" Zas Zas Zas!!

Lo abofetea. Tira de la correa obligándole a ponerse a cuatro patas, le pisa para que se tumbe en el suelo. Le ordena ponerse boca arriba. Castiga su cuerpo con los pies. Le golpea el pecho, abofetea su cara y después se la pisa.  Remata a su victima pisándole la entrepierna.
Sus pies son las tres furias griegas en una, y el hombre siente como si los cuatro jinetes del apocalipsis y todo lo que representan,  especialmente la conquista, hubieran cabalgado sobre su cuerpo. Si cuentan que por donde pisaba el caballo de Atila no volvía crecer la hierba, por donde pisa está mujer no vuelve a emerger la voluntad de ningún hombre, ni ningún atisbo de instinto primario sin el debido consentimiento. Vuelve a tirar de la correa, se sienta otra vez en el sofá con el perro domesticado a sus pies.

-"¡Chúpame los pies!.. Eso es todo lo que vas a comer hoy... Y da las gracias que sea tan generosa... ¿Es tu Ama generosa?"
-" Muy generosa mi señora"
-"¡Chupa perro!

El esclavo chupa agradecido, desesperado, con hambre de adoración, y sed de rendir culto.

-" Mmmm... Un perrito hambriento.. Una lengua de perro hambriento es de lo más excitante..  Muerde suave el talón perrito... Así... Muy Bien"

Le ordena lamer sus pantorrillas. Alza sus piernas hacia arriba, permitiendo al esclavo adorar el reverso de sus muslos. Su lengua sabe a devoción incondicional, el rastro de la saliva es la unción sobre un cuerpo que para él simboliza la encarnación perfecta de una divinidad, que ejerce una influencia decisiva sobre su vida.
El esclavo, comete un leve desliz o un acto reflejo, algo inconsciente casi de carácter accidental, o puede que nada de todo ello, pero el caso es que la lengua, aunque devota, llega a rozar su vagina y es entonces cuando una cruel y lasciva sonrisa de satisfacción se dibuja en el rostro del Ama.
Se incorpora repentina y abruptamente, agarra una fusta, siempre hay una fusta a mano, y empieza el flagelo. El esclavo se mueve a cuatro patas, intentando fútilmente escaparse al castigo que se cierne sobre él, el ama le pisa las pantorrillas para evitar que siga desplazándose a cuatro patas.
-"¿Es tu Ama generosa perro?"
-" Si, si mi señora ... Ahhgg.. Muy generosa"
-" Entonces.. ¿Cómo te atreves perro, como te atreves en abusar de mi generosidad? ¿Qué son esas confianzas? ¿Cómo te atreves a tomártelas? He vuelto a ver esa mirada de perro salido... " Zas Zas Zas Zas!!!

El esclavo suplica el perdón de su pecado, que como mucho llega ser una leve e involuntaria falta, pero nada es leve cuando va en contra de la voluntad de una Diosa. Así que, suplica con la conciencia de ser un autentico sacrilegio.

Zas Zas Zas!!...
El Ama cesa en su castigo.

-" ¡Fuera de mi vista!.... A la cama, castigado sin postre. ¡Vamos! ¡A tu jergón¡ ¡Y no te muevas de ahí hasta que yo te lo diga!."

El esclavo sale de la sala principal andando a cuatro patas, como un perro con la cabeza gacha.  Se tumba en un rincón de la estancia, donde hay un colchón en el que suele dormir.
Transcurrido un tiempo indeterminado, ni muy largo ni excesivamente corto, el esclavo siente la presencia del Ama. Le ordena levantarse. Tira de la correa, puesto que aún la lleva puesta, obligándole a caminar a cuatro patas hasta la sala principal. El ama vuelve a sentarse en su butaca, coge entre sus manos la cabeza del esclavo escudriñándole muy fija e intensamente. Éste, tiene la viva impresión de que los ojos del ama devoran literalmente los suyos, y que desde ese momento sólo va a poder percibir el mundo a través de los ojos de ella; los suyos solo deben reflejar la poderosa voluntad de su dueña.

-" No quiero que pierdas tu mirada de cachorrito confuso y desvalido... No quiero que pierdas tu pureza de cachorrito... Eres mi perro y me perteneces... Y es mi deseo no ver más esas miradas de putero salido... ¿Lo entiendes?... ¿Lo entiendes?" -Zas Zas!! - Bofetadas"
-" Ahhh. Si, mi señora"
-"Me disgusta mucho cuando no me miras con tierna y temblorosa devoción..... "

Le muestra sus senos otra vez, como dos frutas frescas y prohibidas, recién cogidas del árbol de la vida, las más preciosas y apetecibles que nacen en sus ramas.

-"¿Deseas alimentarte sólo de tu Ama?"
-"Yo... Eh...No se.. Si..." - contesta el siervo balbuceando casi tembloroso sin atreverse a mirar la hermosura de aquellas divinas mamas-

El Ama vuelve a cogerle la cara entre sus manos clavando sus ojos sobre él y sonriéndole con diabólica ternura.

-" Cuando bajas tu mirada ante mi, esa es la mirada que mas me gusta... ¿Crees que tu ama es generosa?"
-" Mi señora es demasiado generosa"

Y entonces la Diosa amamantó a su fiel súbdito como una loba protectora con su cachorro.

Fin.



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